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Pikuaj Nefesh (preservar la vida) es más importante que el cumplimiento de toda la Torá”. Este precepto del Talmud, el libro de leyes y tradiciones judías, es el único que sigue Manci, la protagonista de la novela homónima con la que la argentina Silvia Pasternac debuta en la literatura mexicana.
Tras 20 años de confección, la escritora que llegó a México de niña entrega Manci (Lumen), la historia de una mujer “valiente, honesta e ingeniosa” que supo sobrevivir durante todo el siglo XX en su natal Transilvania (Rumania).
Es la vida de mi tía abuela paterna, que se llamaba Margareta. Me contaron sólo unas cuantas cosas y le inventé una vida. Me quedó claro que nunca salió de Transilvania y que sobrevivió a la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, a la invasión soviética, al hambre, la dictadura, la separación, el abandono”, comenta en entrevista.
La también guionista confiesa que “siempre había querido escribir esta historia, pero no me animaba. Se piensa que la escritura del guion es la bastarda, y la aristócrata es la literatura. Pero me quedé desempleada por la pandemia y pensé ‘¡qué tanto es tantito!’”.
Cuenta que empezó a investigar sobre la vida de Margareta y no encontró nada. “Fui a Transilvania en 2003, pero casi nadie se acordaba de ella. Excepto un par de vecinas chismosas. La del 501 y la de la Planta Baja, que aparecen en la novela con una vida inventada.
También la región se conoce poco, sólo se la asocia con el Vampiro de la literatura. Es un lugar muy terrenal, no tiene nada de gótico. Descubrí una grisura y una tristeza profundas. Quería contar el cementerio, la estación de trenes y la belleza del paisaje”, agrega.
Pasternac admite que fue un gran desafío crear a Manci y lograr que el lector la quisiera tanto como ella. “Mi súper poder es crear personajes. Estudié psicología y hago mucha trampa. Conozco los ingredientes para hacer complicado a los personajes. Y Manci en especial me sedujo.
Por un lado, es totalmente opuesta a lo que yo soy. Pero al mismo tiempo me daba envidia su empuje y su libertad en una época en que las mujeres no se atrevían. Es alguien que no es solidario, sólo piensa en ella. Es una pícara que brincará y se salvará de las trampas que le pongan, y se levantará de las caídas”, detalla.
Es mucho de lo que yo quisiera ser. Y mucho de lo que nos falta sobre todo a las mujeres, que nos enseñan a bajar la cabeza. Ella se niega a tener hijos, se va de su casa a los 15 años, en 1930; se construye una vida sola e, incluso, se niega a morir, aunque fracasa. Pero gozaba de la vida en todo momento”, añade.
Manci se presentará el 19 de marzo, a las 18:00 horas, en la librería Utópicas, en Coyoacán.
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cva
