“Emigrar debería ser una elección libre y nunca la única posible. De hecho, el derecho de migrar para muchos se ha convertido en una obligación mientras que debería existir un derecho a no migrar para poder quedarse en su tierra”, dijo desde la ventana del Palacio Apostólico ante cientos de fieles en la Plaza de San Pedro.
Francisco, que ayer regresó de la ciudad francesa de Marsella de participar en los Encuentros Mediterráneos, hizo esta reflexión en un día en el que la Iglesia católica celebra la 109ª Jornada Mundial del Migrante, este año bajo el lema “libres de migrar o permanecer”.
“Es necesario que a cada hombre y mujer se le garantice la posibilidad de vivir dignamente en la sociedad en la que se encuentra”, sostuvo.
Sin embargo, lamentó, “la miseria, la guerra y la crisis climática empujan a muchas personas a escapar”.
“Por eso estamos llamados a crear comunidades preparadas y abiertas a acoger, promover, acompañar e integrar a quienes llaman a nuestra puerta”, señaló, para después pedir la oración de los fieles por Ucrania y por su pueblo que “sufre tanto” por la guerra.
Con información de EFE