Por Desiderio Calvario Miramontes.

Presidente estatal del Frente Nacional por la Familia en Colima

I

Que tiemble la Tierra 

al sonoro rugir del cañón,

por la sangre derramada 

de los Colimenses violentados,

ante un gobierno fallido 

de intereses monetarios.

 

II

Que tiemble la Tierra, 

aún más que la noche 

de aquel 21 de enero, 

y la tarde del 19 de septiembre. 

Qué tiemble de miedo por ver escrito 

su eterno destino por el dedo de Dios.

 

III

Que tiemble la tierra 

al galope del bridón. 

Qué el mexicano al grito de guerra,

 empuñe su acero cristiano 

Y mientras defiende su casta

Que lo proteja su escudo guadalupano.

 

IV

Que tiemble la tierra 

como el golpe de rayo a la encina 

qué a los pies del arcángel cayó, 

tras mirar la discordia de hermanos 

que el extraño enemigo causó.

 

V

Que tiemble la tierra 

al ceñir patria tus sienes de oliva, 

si manchadas de sangre sus manos 

tu linaje contrito retorna al creador.

 

VI

Que tiemble la tierra 

si tus hijos Patria exhalan 

su aliento antes de nacer. 

Que entonces sucumba en 

incruenta batalla con prestos 

guerreros de rodillas al Señor.

 

VII

Que tiemble la Tierra 

con la guerra sin tregua,

por manchar tus blasones

con la sangre de tu propia 

nación de ciudadanos no natos 

e inermes que se vieron interrumpidos

anhelando la continuación.

 

VIII

Que tiemble la tierra 

y que tiemble de miedo, 

por profanar ese suelo aquel 

que resultó no ser extraño enemigo.

Que arrostrados los soldados que Dios te dió, 

serenos busquen la muerte o la gloria 

en cada lid de la hueste que dijo ser amiga.

 

IX

Que tiemble la tierra, 

si tu estirpe doblega su cuello 

ante el yugo del falso adalid. 

Que sucumba su horrida idea 

de afanar la inocencia feliz. 

 

X

Que tiemble la tierra, en el monte,

 en el valle, si al final de los tiempos 

no vuelve altivo el guerrero a  

su patrio hogar a contar sus victorias. 

Y que sea la  memoria perenne quién 

le rinda un recuerdo de honor.