Zaldívar, el ministro ‘swiftie’

“I don’t like your little games

Don’t like your tilted stage

The role you made me play of the fool

No, I don’t like you

I don’t like your perfect crime

How you laugh when you lie

You said the gun was mine

Isn’t cool, no, I don’t like you

(No me gustan tus jueguitos

No me gusta tu escenario inclinado

El papel que me hiciste jugar de tonta

No, no me agradas

No me gusta tu crimen perfecto

Como te ríes cuando mientes

Dijiste que el arma era mía

No está bien, no, no me agradas)”

TAYLOR SWIFT

Y llegó. Taylor Swift ya tuvo dos conciertos en el Foro Sol y faltan otros dos. La derrama económica en la Ciudad de México superará, según la Canaco CDMX, los mil millones de pesos ($1,008,037,608.00 para ser exactos). De este monto, la mayor parte —980 millones de pesos— está ligado a lo que generará el Foro Sol durante el evento (venta de comida, bebida, transporte). Luego, 12.6 millones de pesos obtenidos en comercios aledaños al Foro; 8 millones de pesos los servicios; $5.5 millones a gastos de hospedaje de los asistentes a los conciertos y $4.7 millones el consumo de alimentos y bebidas a las afueras del recinto.

A menos que la Cámara haya hecho mal sus estimaciones, esta cifra es sin duda increíble.

Su gira “The Eras Tour” ha roto récords a nivel mundial. Según la revista Pollstar, la asistencia promedio a cada concierto de la cantante-compositora es de 54 mil personas (el jueves en el Foro Sol superó los 58 mil); el precio de cada boleto ronda los 250 dólares (hay de distintos precios, naturalmente), con lo cual la proyección de ganancias de la mencionada gira superará los mil trescientos millones de dólares. Eso coloca a la artista estadounidense como una de las que ha tenido mejores ratings y ganancias del orbe.

Contando a la Ciudad de México, Taylor solo se presentará en cuatro ciudades latinoamericanas: CDMX, Buenos Aires, Río de Janeiro y Sao Paolo, razón por la cual muchos de sus seguidores viajaron a nuestra capital para poder asistir a alguno de sus conciertos.

Uno que no viajó, pero sí pudo asistir es el ministro de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar. Auto declarado fan de la estrella (swifties les llaman) desde algunos años, no perdió la ocasión para presentarse en el primer concierto, cambiar pulseritas (se acostumbra entre las fans de la artista) y, claro, compartir su foto en redes sociales.

No tengo nada en contra de que el constitucionalista asista o no a un concierto y de que nos haga saber (o no) sus gustos musicales. Tampoco de que haga videos extraños con su corbata rosa y la película de Barbie. No sé a quien tiene de asesor que le dice que así muchas personas de relevancia —votos o futuros votos— le seguirán… Pero dado que es todo un gran swiftie, valdría la pena que siguiera algunas de las maneras en que Taylor se comporta:

a) Ser auténtico(a)

La cantante entrelaza las anécdotas personales con sus canciones. Es genuina y lo saben sus fanáticos. Y es que hay gente que cree que, con aparentar, con salir en redes, con actuar su vida, consigue seguidores. Swift ha hecho de su carrera un ejercicio de autenticidad y comparte lo que es. No busca agradar a todos y ante todo; canta lo que sabe y de lo que ha vivido. El ministro podría ser auténtico y defender lo que —supuestamente— sabe: la Constitución; no convence que ahora, por “convivir”, diga que él se opuso en todo momento a Felipe Calderón…

b) Saberse adaptar, pero sin perder la esencia

La cantante ha pasado del country, al pop, al indie. Y mismo con tantos cambios solo ha incrementado la base de sus fanáticos. Qué bueno que Arturo Zaldívar sepa nadar en las complicadas aguas de la política mexicana, pero que no pierda su esencia que es ser uno de los once ministros que conforman la SCJN. No puede cambiar lo que debe de hacer solo por caer bien al presidente de la República.

c) Comprometerse

El compromiso que tiene Swift con sus seguidores es impresionante. No solo es que asistan a sus conciertos o compren su música. Ofrece visitas sorpresa y respuestas personales en las redes. Procura ser un buen ejemplo para la juventud del mundo. Tiende a no bloquear en las redes y entiende que mucho de lo que se puede resolver de los males de este mundo es haciendo comunidad. Con sus empleados, por ejemplo, busca que estén bien y comparte con ellos más de lo que establece cualquier contrato laboral promedio. Por unos y por otros. Otra: es conocido que parte de sus ganancias producto de esta gira están siendo destinadas a diversas ONG relevantes a lo largo y ancho del mundo. Estamos hablando de millones y millones de dólares.

Lejos está Zaldívar de entender que su primer y único compromiso público es con el Estado de derecho; que sus cotos, sentencias, resoluciones, ponencias deben estar supeditados a la normatividad, no a Morena. No creo sea mucho pedir.

d) Defender causas prioritarias

Swift ha abogado por varias causas sociales. Utiliza su fama para ello.

Más allá de utilizar las redes sociales, los apoyos los vuelve efectivos ya sea invirtiendo de su dinero o de su tiempo en distintos momentos. Y en ese sentido, ya va siendo tiempo de que si el ministro de verdad cree en la Justicia, lo muestre.

¿Cuáles son las canciones que más le gustan a Arturo Zaldívar?, ¿en cuáles se refleja? ¿En Karma?, ¿cómo lo trata su Karma? ¿O en Antihéroe (“él es el problema”)? ¿ O en cuál?

Zaldívar, el ministro swiftie, le gusta la música de Taylor, busca atraer a la juventud, pero no imita lo mejor de esta. Ni siquiera en eso es genuino. Tomemos nota.